Tras un año de duro enfrentamiento, Tita Cervera y su hijo volvían a verse las caras en un hotel de Madrid para intentar ponerse de acuerdo en el reparto de la herencia del Barón Thyssen. En un breve encuentro, madre e hija no conseguían acercar posturas y la reunión terminaba con la baronesa llorando a la salida.
El encuentro más esperado para la Baronesa se producía el pasado fin de semana en Madrid. Tras meses de desencuentros con su hijo Borja, Tita Cervera se reencontraba con él en un hotel de la capital con la firme intención de acercar posturas y llegar a un acuerdo que ponga fin a la lucha por la herencia que iniciaron tras la muerte del Barón.
Sin embargo, los preparativos de la reunión ya hacían presagiar lo que iba a ocurrir en un encuentro que finalmente resultó breve e infructuoso. Según han apuntado los colaboradores, la Baronesa habría exigido a su vástago que Blanca Cuesta no acudiera al encuentro.
Pese a todo, Borja habría aceptado todas las exigencias de su madre y habría acudido al hotel únicamente en compañía de sus abogados. Una vez allí, y según han revelado los colaboradores, Borja habría saludado con frialdad a su madre y habría iniciado una conversación en las que los reproches no tardaron en surgir.
Poco a poco, y siempre según los colaboradores, la conversación habría ido subiendo de tono y habría terminado abruptamente en apenas cinco minutos sin llegar a ningún acuerdo con su hijo. Tras este breve encuentro, la Baronesa abandonó entre lágrimas el hotel en el que se había producido la reunión.
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