Rubén quería hacerle llegar un obsequio muy especial a su amada en la otra casa, Chari. El regalo, súmmum del romanticismo, no era ni más ni menos que unos calzoncillos rociados con su colonia. La prenda íntima, que de íntima no tiene nada, pasó por las manos de Julia y de Patricia hasta llegar, por carambolas del destino, a su destinataria.
Julia y Patricia han tenido su esperado cara a cara en la zona de expulsiones. Pero todo ha sido mucho más calmado de lo que la tensa relación entre las dos concursantes hacía prever. De hecho hasta ha habido regalo de por medio; regalo en forma de calzoncillos empapados en colonia.
Julia regalándole ropa interior masculina a Patricia, además de poco creible, por aquello de que no se suela regalar cosas a gente a la que te refieres como "La Monstruo" ; resulta también un tanto bizarro. El caso es que los calzoncillos pertenecen a Rubén, que se los había dado a Julia para que ésta se los hiciera llegar a su amada, Chari Y para darle un punto más ¿¡romántico?! los ha rociado con su colonia.
Tan codiciado regalo a punto ha estado de no llegar su destino. Y es que tras la expulsión de Julia, Patricia ha tenido que elegir a que casa quería volver; y tras su habitual diarrea verbal, la de Algeciras ha decidido volver a la Casa 1, o Casa Blanca. Lo que ella no sabía es que el resto de sus compañeros se habían intercambiado las casas, de modo que finalmente cuando Patri ha vuelto a la futurista se ha encontrado de nuevo con los compañeros con los que ha compartido la última semana. Y así los calzoncillos han llegado a Chari.
Nada más ver a la novia de Rubén, la incansable parlanchina ha sacado los calzoncillos de su envoltorio los ha extendido y con una sonrisa en la cara se los ha dado a oler a Chari. Un momentazo de novela rosa vamos.
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