Después de haber pasado tres días recluídos en el hórreo por un castigo impuesto por la organización por dar información del exterior, Blanca de Borbón, Liberto López de la Franca y Raquel Bollo han podido salir de 'La panera' y volver con sus compañeros sin que ninguno de ellos haya reconocido su falta. Un tiempo que han aprovechado discutiendo unos con otros y protestando por algo que consideraban injusto. El más afectado, Liberto, que llevó a cabo durante varias horas la huelga de hambre que había prometido hacer.
Este domingo, durante el debate de 'Acorralados', Christian Gálvez contactó en directo con el horreo de 'La panera'. Tras pedir a los compañeros que acompañaban a los concursantes castigados que abandonaran el recinto les dio la noticia que tanto esperaban: " Tras analizar vuestra situacion, la organizacion ha decidido que ya habéis pagado por vuestros errores. Ya podéis salir del hórreo y volver con sus compañeros".
Lógicamente Blanca de Borbón, Liberto López de la Franca y Raquel Bollo saltaron y gritaron de alegría y se abrazaron al recibir tan buena nueva. Instantes después los tres descendían por las escalerillas de horreo para reunirse con sus compañeros, que les recibieron con los brazos abiertos.
Llantos, discusiones y huelgas de hambre
Ya están perdonados, pero hasta el momento ninguno de los tres 'acorralados encarcelados' ha reconocido merecer el castigo que se les puso por irse de la lengua sobre las cosas que pasan fuera de la casona. Mientras Blanca de Borbón y Liberto se echaban las culpa mutuamente a grito pelado, Raquel Bollo lloraba en el confesionario pensando en la imagen que estaba dado a su familia y amenazó con abandonar el concurso.
Raquel no llevó a cabo su amenaza. Sí Liberto, que anunció que iba a aponer el asunto en manos de su abogado y prometió hacer huelga de hambre hasta que se demostrase su inocencia. Dicho y hecho, entró en una fase de mutismo y ayuno absolutos. Ni siquiera los exquisitos filetes de MªÁngeles, recién salidos de la matanza pudieron hacerle cambiar de parecer. Sólo con la perseveracia de todos los compañeros sin excepción, preocupadísimos por la debilidad del mártir, y especialmente la del capataz Álvaro Muñoz Escassi, se consiguió que probara bocado.
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