Cantándole las cuarenta al inofensivo Anup, Julia ha demostrado que le sobran pulmones y actitud para vender lechugas en el mercadillo donde trabaja. No veíamos tanta mala leche ni oíamos tal cantidad de insultos y groserías desde los tiempos de Bea 'la legionaria'.
Anup le confió a Laura su parecer sobre Julia, a la que pensaba nominar. El motivo, según parece, es que abría la ventana para fumar, dejándoles a todos congelados. Puede que no sea una cuestión de peso para nominar, pero la gitana le dio al hindú razones de sobra para que le adjudicara los tres puntos una vez se enteró de esta historia.
El caso es que Julia apareció por el salón recién salida de la ducha, todavía con la toalla puesta y convertida en un basilisco: "¡Anup, eres un bienqueda que me da asco!", le gritó furiosa al saber de labios de Laura que la criticaban a sus espalada.
Aquello fue lo más suave que salió de la boca de Julia. Fuera de sí, la muchacha le soltó perlas como "Yo hago lo que me sale del coño porque tú haces lo que te sale de la polla", "yo paso de ti como de comer mierda", "no me voy a quedar con la mierda en la boca. La cago y te la comes tú" o "a mí me tocas el coño cuando me vienes buscando la boca".
Impotente más que derrotado en el dominio de la lengua castellana, incapaz de rebajarse al nivel de su interlocutora, Anup se tendió en la cama. Laura fue a consolarle, consciente de que ella había desatado la caja de los truenos. Probablemente este episodio marque un punto y aparte en la relación de Julia con el resto de los compañeros.
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