Azahara conmovió a todos en la primera gala de ‘Las Joyas de la Corona’ al contar su dura adolescencia, en la segunda entrega del concurso la madrileña también ha sido protagonista pero, en este caso, por ser el centro de las primeras broncas. Virginia, Gisela y Moisés se han enfrentado a una Azahara que no se ha cortado ni un pelo en decirle a cada uno de ellos lo que pensaba sin pelos en la lengua.
Mientras la concursante madrileña estaba contando a sus compañeros que unas chicas no la habían dejado dormir en su viaje de vuelta de Ibiza, los tacos no paraban de salir de su boquita uno detrás de otro. Virginia al escucharla le llamó varias veces la atención y le recordó que "no podemos decir tacos". Este consejo no fue bien encajado por Azahara, que le dejó claro que a ella no le rechista nadie. "A todo le sacas punta, te estoy hablando de lo más normal y te estás poniendo exageradamente borde", espetó Azahara a Virginia.
Julián, como bien marca el protocolo ante un conflicto, se convirtió en el mediador entre sus dos amigas. Tras hablar con cada una de ellas e intentar hacerlas razonar sobre lo absurdo de su enfrentamiento, el sevillano consiguió que Azahara, Virginia se disculpara con su compañera por haberle llamado la atención de una forma seca y brusca. , más relajada, aceptó las disculpas e hizo lo mismo que su compañera.
Las lágrimas de Gisel
La catalana lo estaba pasando mal por el comportamiento de una de sus compañeras y, aunque en un primer momento no quiso decir el nombre, después de que sus compañeros la animaran a ser sincera, cogió fuerzas y se sentó frente a Azahara para decirle todo lo que no le gusta de ella.
"Te veo que tienes un carácter muy fuerte, tienes frases como: 'A ver niña, que te pego una hostia', que si yo te lo digo a ti ¿cómo te sienta? Yo sé que tú hablas así pero, a mí me sienta mal. Es que yo soy muy sensible y me molesta porque aquí dentro me hago un mundo", explicó Gisela a Azahara. La madrileña no admitió el comentario y estalló porque, según ella, lo que estaba haciendo su compañera era malmeter. Además, tenía muy claro que no iba a cambiar por nadie: "Yo soy así y si te molesta, te aguantas".
En este caso, aunque muchos compañeros intervinieron, ninguno de ellos hizo de mediado, todo lo contrario, se posicionaron del lado de una o de otra. El resultado fue el distanciamiento de Gisela y Azahara porque la catalana no estaba dispuesta a aguantar el comportamiento de la madrileña y ella no estaba dispuesta a cambiar.
Lo que comenzó como una broma entre Azahara, Moisés, Julián y Lucía terminó como el rosario de la Aurora. La madrileña intentó coger un libro de Moisés pero el extremeño no le dejó tocarlo porque es "algo muy especial" para él. Este gesto sentó muy mal a Azahara, pero todo empeoró cuando Moisés le espetó que con él no hiciera "espectáculo delante de las cámaras" y que dejara "el victimismo".
Azahara se encendió, como dijo ella misma, y aunque su compañero no dio más vueltas al tema, ella sí que lo hizo: "No voy a sacar los modales de Parla porque me juego la expulsión y el sueño de mi vida por decir tres 'chuminadas', pero es que lo pillo en Parla y yo misma lo estampo, mis colegas vienen aquí y se saltan la valla con bates de béisbol. A mí me tiene que tener más respeto que a los demás porque soy madre".
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