La primera finalista de 'Supervivientes: Perdidos en Nicaragua' está muy orgullosa de su paso por el concurso y cree que es "justo" el hecho de que esté en la final. Debbie no se lamenta de haber nominado a María José y, aunque confesó que no cayó en que estaba en su mano una final de anónimos, sí que aseguró que no le importa lo que piensen los demás porque en la recta final no hay familia que valga.
La nominación de Debbie trajo cola, pero el enfado de la que hasta entonces había sido "su familia", Marijo, no pudo enturbiar la felicidad de Debbie. La superviviente, que tenía muy claro que podía "hacer y deshacer con mi nominación lo que quiera", hizo balance de la experiencia y aseguró que no podía estar más contenta: "Cuando llegué aquí no me imaginaba que podía ser una de las finalistas. Ya me veo ganadora, aunque sólo sea por haber llegado aquí".
Déborah comentó que está muy orgullosa de no haberse metido nunca en problemas, no haber discutido y no haber necesitado "a las cámaras para hacer publicidad de mí". No sabemos si esto lo decía por alguien en concreto, aunque puede ser que estas palabras fueran dirigidas hacia María José, ya que en los últimos días Debbie no se ha cortado a la hora de decir que su 'mami' "exagera todo cuando las cámaras están delante".
Marijo tampoco se quedó callada y calificó de "traición" la nominación de su compañera. Además de decir que se sentía "decepcionada" y "apuñalada por la espalda", quiso dejar claro que no tiene miedo a la expulsión y que aún tiene muchas esperanzas de poder ganar el concurso: "Creo que ella no tiene la última palabra, la tiene el público".
Una de las cosas que más dolió a Marijo fue el hecho de que su compañera descartara la idea de una final de anónimos. Debbie, por su parte, simplemente comentó que fue algo que no se le pasó por la cabeza. "La final de anónimos sí que la podía haber hecho, porque era tan fácil como salvar a Parri y nominar a Malena, así nos hubiéramos quedado Marijo, Parri y yo, el problema es que realmente no lo pensé", confesó.
El mal rollo continúa en la isla y la nominación de Déborah no es el único problema. Según Marijo y Parri, detrás de la decisión de la anónima se encuentra la mano de Trapote, a quien señalan como posible manipuladora cuyo fin no es otro que quitarse de en medio a la tasadora de joyas. Mientras tanto, Parri es el único que intenta mediar entre sus dos amigas. El matemático, tras intentar que se produjera una reconciliación que no tuvo mucho éxito entre ambas, aseguró que "aunque Marijo está decepcionada, creo que se le ha pasado y no se lo tiene en cuenta. Al salir serán buenas amigas y espero que aquí también".
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