No es fácil la tarea que se les encomienda a los supervivientes. El miércoles será la fecha tope para que capturar un total de 30 peces. Si lo consiguen serán recompensados con un kilo de azúcar. No parecen muy por la labor de completar la prueba.
Si estuviéramos hablando de pizza o hamburguesas otro gallo cantaría, pero el azúcar que ofrece el programa como recompensa no parece ser aliciente suficiente para que los supervivientes lleven a cabo la misión que se les ha encomendado. Así, en lugar intentar pescar esos 30 peces, utilizan la plataforma que la organización ha instalado entre Cayo Paloma y Cayo Menor para tirarse 'haciendo bomba'. "Aquí a relajarnos y tomar el sol, pero de pescar nada", comentaba desafiante Rosi.
También Tatiana valora tirar la toalla: "Creo que esta vez no vamos a conseguirlo", decía desanimada. Aún así, sin demasiado esfuerzo, han logrado pescar un enorme pez, que bien podría vale por cuatro normales, y que de las chicas llevaban entre todas como un auténtico trofeo. Poco después Sonia Monroy pescaba otro, este mucho más pequeño. El 'trio calavera' decide cocinar la captura del día para cenar. Lo reparten entre todos, pero no equitativamente. A Sonia y Toni no les dejan más que la raspa.
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No es la primera vez que los supervivientes se enfrentan a un reto de pesca. Hace poco más de un mes superaron la cifra propuesta, también de 30 peces, y el programa les premió nada menos que con una fiestra playera con cerveza y Sofía Cristo como maestra de ceremonias.
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