Nada más regresar a la isla después de su problema con uno de sus pechos, Tatiana ya dijo que había encontrado muy cambiada a Sonia Monroy. No le parecía la misma persona y, encima, esta nueva versión no le hacía ninguna gracia. Bien es cierto que Sonia se ha automarginado del grupo, pero Tatiana ya manifiesta abiertamente su rechazo a la que antes era su amiga.
Amanece en Cayo Paloma con una buena pelea. Tal y como está siendo costumbre en esta edición de 'Supervivientes' en la que ya en el avión rumbo a Honduras hubo sus más y sus menos. Montalvo le ha preguntado a Toni nada más levantarse si Sonia había vigilado el fuego. Él dijo que sí, pero resulta que no se lo creen. Motivo, otro más, para que Sonia se enfade y diga que está harta de que se dude de todo.
El ambiente se puede cortar con un cuchillo. Poco después, a la hora de repartir el arroz del desayuno, Toni cogió su parte y la de Sonia y ella volvió a montar un escándalo comprobando si las raciones eran iguales. Pero la chispa saltó poco después.
José tenía un coco. Lo peló y le dijo a Rosa Benito, no sin recochineo, que le enviase un poco a los automarginados del grupo. Rosa se lo llevó, ellos se pusieron muy contentos por su generosidad, y se dispusieron a dirigirse hacia la prueba de recompensa. En ese momento Sonia se puso a hacer estiramientos, Tatiana la vio y exclamó: "Me cae fatal, se cree muy divina, qué payasa".
El huevo y la patata, por separado
Después de la prueba de recompensa, sobró arroz y, cuando Sonia cogió un poco, Montalvo la criticó. Encima, al ganar huevos, patatas y aceite se inició otra bronca más. Sonia dijo que quería su huevo y su patata por separado y se fue a pescar malhumorada. Los demás hicieron una tortilla, pero ella, muy digna, se comió su parte por separado.
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