Jacobo ya no puede más. El concursante ya no tiene fuerzas para nada, algo provocado por su decisión de no probar los alimentos que se pueden encontrar en la playa. Al superviviente no le gusta la poca comida de la que pueden disfrutar en la isla, lo que está acabando rápidamente con las reservas que traía de España.
Parece que Jacobo Ostos está a punto de tocar fondo. Cuando solamente llevan dos semanas en la isla, pasando hambre y viviendo en condiciones extremas, el superviviente ha perdido todas sus fuerzas. El joven es el único que no ha probado bocado desde que llegó a la playa, ya que no le gustan ni el pescado ni el coco. En la isla no hay muchos alimentos entre los que elegir, y parece que Jacobo prefiere pasar hambre y encontrarse mal a comer algo a lo que no está habituado.
Ni las palabras de su madre le han servido a Jacobo para animarse a comer algo. Si en la gala del pasado jueves le animaba a probar el coco y el pescado, el concursante parece haber preferido hacerle caso omiso y que le está acarreando consecuencias muy negativas para su salud.
El concursante ya no tiene fuerzas para nada, se pasa el día sentado y hasta ha perdido las ganas de hablar con el resto de sus compañeros. "No hablo mucho porque me cuesta, me cuesta muchísimo, y discutir ya ni te cuento. Si hay algo que me siente mal no lo digo porque no tengo fuerzas ni para eso. No se de dónde saca la gente las fuerzas para discutir", le explicaba Jacobo a Tamara Gorro, la cual ha mostrado en numerosas ocasiones su preocupación por el superviviente.

Pero Tamara no es la única que está preocupada por el joven. El propio Jacobo se muestra intranquilo por su estado de salud, pero no parece estar dispuesto a sacrificar su paladar por su propio bienestar. "Esto está repercutiendo negativamente en mi salud, me encuentro muy mal y no quiero terminar desmayándome", le aseguraba a su compañera Tamara Gorro visiblemente débil por la falta de comida.
Parece que Jacobo Ostos está a punto de tocar fondo. Cuando solamente llevan dos semanas en la isla, pasando hambre y viviendo en condiciones extremas, el superviviente ha perdido todas sus fuerzas. El joven es el único que no ha probado bocado desde que llegó a la playa, ya que no le gustan ni el pescado ni el coco. En la isla no hay muchos alimentos entre los que elegir, y parece que Jacobo prefiere pasar hambre y encontrarse mal a comer algo a lo que no está habituado.
Ni las palabras de su madre le han servido a Jacobo para animarse a comer algo. Si en la gala del pasado jueves le animaba a probar el coco y el pescado, el concursante parece haber preferido hacerle caso omiso y que le está acarreando consecuencias muy negativas para su salud.
El concursante ya no tiene fuerzas para nada, se pasa el día sentado y hasta ha perdido las ganas de hablar con el resto de sus compañeros. "No hablo mucho porque me cuesta, me cuesta muchísimo, y discutir ya ni te cuento. Si hay algo que me siente mal no lo digo porque no tengo fuerzas ni para eso. No se de dónde saca la gente las fuerzas para discutir", le explicaba Jacobo a Tamara Gorro, la cual ha mostrado en numerosas ocasiones su preocupación por el superviviente.

Pero Tamara no es la única que está preocupada por el joven. El propio Jacobo se muestra intranquilo por su estado de salud, pero no parece estar dispuesto a sacrificar su paladar por su propio bienestar. "Esto está repercutiendo negativamente en mi salud, me encuentro muy mal y no quiero terminar desmayándome", le aseguraba a su compañera Tamara Gorro visiblemente débil por la falta de comida.













1 comentario:
AGUANTAAAAAAAAAAAAA JACOBOOOOOOOOOO COMEEE Y AGUANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
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