El brindis que dedicó Coyote a Marta contenía una indirecta que hizo mella en el vulnerable corazón de su compañera, hasta el punto de provocar en ella el mayor de los berrinches.
Durante la cena de etiqueta, Coyote quiso brindar por su compañera: "Para mí no ha habido mejores días en un reality que los que compartí con Marta. Todas la experiencias que me han hecho muy feliz, me sigue haciendo feliz… y no me gusta que, en ocasiones piense por mi". Tal vez se refería a la propuesta que ella le hizo el día anterior de no volver a besarse ni abrazarse para evitar habladurías.
Aquel mensaje tierno, gramaticalmente inconexo, y en apariencia bienintencionado causó en la aludida el efecto opuesto. Ante los atónitos comensales, Marta empezó a llorar a moco tendido. "No me ha gustado que, en vez de hablar conmigo, salte en la mesa con eso, que me he sentido un poco humillada por él delante de mis compañeros", explicaba posteriormente en el confesionario.
Los compañeros se saltaron el protocolo y se levantaron de la mesa sin pedir permiso para consolarles a los dos. Y es que el rostro de Coyote, aunque sin rastro de lágrimas, también era todo un poema.
Dax acudió al dormitorio, donde Marta sollozaba desconsoladamente bajo el edredón. Intentó calmarla, pero tuvo que dejarlo por imposible. Antes de salir del cuarto comentó: "sigues haciendo lo que no me gusta que hagas de mi". Más suerte tuvieron Juan Miguel y Lara, que, por turnos, peregrinaron hasta la cama de la ofendida.
Mientras, Coyote no podía estar más arremepentido de su brindis. "Siento que he fallado a Marta", comentaba.
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