Desde que Chari y Rubén volvieron a la casa como resultado de la repesca, hemos ido observando un acercamiento paulatino pero inequívoco de él (el resentido) hacia ella (que lo espera con los brazos abiertos). El gaditano ya se presta al 'tonteo' y nos ha abierto su corazón más que nunca, gracias a un hábil interrogatorio realizado por Mireia.
Mireia, que pasó bastante desapercibida como concursante "a secas" antes de la repesca, está convirtiéndose ahora en una persona casi imprescindible en la deteriorada relación de Rubén y Chari. Intenta que la pareja arregle lo suyo lo más posible antes del jueves. Si, como bien puede suceder, se separaran la gaditana ha dejado claro que le esperará, y duda mucho que otra persona ocupe su corazón hasta que se reencuentren."Yo creo que no me voy a enamorar en mucho tiempo", le ha confiado a la pelirroja.
Por petición de su amiga, Mireia también ha hablado con Rubén. Bajo secreto de confesión el muchacho soltó todo lo que llevaba dentro. Contó que en los tres años que llevaban juntos nunca se imaginó que su 'ex' tuviera esa actitud con los chicos. Piensa que lo está llevando "demasiado bien", teniendo en cuenta que tiene que convivir con Óscar y Yago, dos de los protagonistas de los videos de la polémica. Por otra parte, la presión de su familia y amigos que, aunque no es determinante, también influye lo suyo.
La tentación vive al lado
Sea como fuere, el caso es que la pequeña conversación entre Mireia y Rubén obró maravillas. La pareja, ante el asombro de todos, incluida la propia Chari, se dio un abrazo y un beso, eso sí, más bien de amor fraterno y amistad. Después de aquello, la oxigenada vedette casi le pone un monumento a su asesora matrimonial.
Rubén, aunque querría, se ve en la obligación de no seguir adelante con el tonteo: "De vez en cuando hay un tonteo pero es normal, nos gustamos, estamos enamorados...". Como le explicó a Mireia, es un conflicto de sentimientos: "Me encantaría estar con ella, me siento de puta madre y tambien me siento mal... son cosas que me duelen un montón, pero ademas la quiero a más no poder".
Al comercial le va a reventar la cabeza de tanto pensar en su relación... aunque es más probable que, con los mimos y modelitos de la rubia, le reviente antes otra cosa algunos centímetros más abajo. Así de claras le puso las cosas a Chari: "si tengo hambrer y me pones un pan, meto un bocao". Ante esta perspectiva, Rubén prefiere darle una patada a esa cama que se arrima más de la cuenta. Ya se sabe, quien evita la ocasión evita el peligro.
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