4/11/10 |

El 'Malaguita', aún más enamorado de Laura

Sigue el tonteo entre Laura y Marcelo. La chica está preocupada por lo que pueda pensar su novio fuera, pero no puede evitar que dentro, "las cosas se magnifiquen". En esta ocasión, las hormonas han cobrado una mala pasada al malagueño, quien ha sido pillado mirándole el culo descaradamente. "¿Qué miras, Malaguita?", le sorprendía partido de risa Rubén. "Nada", respondía él, quitando los ojos de la trasera del vestido rojo pasión. La clave de su incipiente romance, según ha comentado Marcelo, es la tensión sexual.


"¿Qué miras, Malaguita?", preguntaba Rubén, apoyado sobre la barra de la cocina. "Nada", respondía Marcelo, situado enfrente y despertándose de unos segundos de embelesamiento. El chaval no había podido evitar mirar con deleite las posaderas de la joven y ella, no se sabe muy bien si airada o halagada, respondió con un gritito: "¡Pero deja de mirarme el culo ya, tronco!".

Estas cuatro palabras han creado el caos en la barra de cocina de GH. Las risas no se han hecho esperar. Más tarde, ya tranquilo y con la careta de hombre lobo, Marcelo comentaba la jugada: "A mi Laura no me mola, en plan sexual sí", matizaba.

Resumen: Sí, pero no
Patricia se ha unido al cotilleo general y ha silabeaba su diagnóstico de la situación: "Creo que a Marcelo le gustas todavía más", ha zanjado. A lo que Laura ha respondido con un primer sí, pero no: "A mi me gusta como si ves tú a un tío bueno... está bueno, el chaval".

Marcelo no ha frenado en su ímpetu y ha lanzado el órdago: "Tú y yo estábamos predestinados a encontrarnos aquí, no podemos luchar contra el destino", soltaba a modo de broma seria. La sonrisita del malagueño, de medio lado. La de ella amplia... pero tras lanzarle un trapo a la cara. Sí, pero no.

El debate de mayor altura entre ellos ha llegado cuando se han puesto a comentar los márgenes y límites del verbo intimidar. "No me intimidas", ha dicho Laura. "Pues ayer sí", ha respondido él. "Bueno, cuando miro y me estás mirando sí me intimidas", ha añadido ella. "Pues entonces no me digas que no te intimido", ha finalizado él. ¿El resumen? Sí, pero no.

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