Tras pasar por el quirófano para reparar una fractura en su codo izquierdo, Jorge Javier Vázquez vuelve a tomar posesión de su cortijo. Aunque el presentador asegura que no está enfermo sino "un poquito roto", 'Sálvame' ha preferido prever y llevar hasta el plató una U.V.I. móvil por lo que pueda pasar, sobre todo, por si Lydia Lozano se desmayaba cuando Jorge Javier mostraba los hierros que lleva en su cabestrillo.
Jorge Javier Vázquez nos sorprendía la pasada semana con un cabestrillo. ¿El motivo? Una caída sufrida tras salir de la ducha. Lo que parecía algo sin importancia requirió finalmente una intervención quirúrgica para reparar una fractura de la apófisis coronoide. La operación se complicó y el presentador pasó cuatro horas en el quirófano, algo más de lo esperado, pero finalmente la intervención fue un éxito.
La vuelta de Vázquez se esperaba para el pasado viernes en 'Sálvame Deluxe', sin embargo, el presentador tuvo que pasar una noche más en el hospital debido a los fuertes dolores que sufría. Ahora, J.J. Vázquez vuelve a reinar en su cortijo y lo hace con toda su fuerza.
El presentador entraba a su cortijo con el brazo en cabestrillo y un pañuelo que lo tapaba. "Tenía muchas ganas de volver", decía, y agradecía las llamadas y mensajes "a todos los que se han preocupado del dichoso codo y a la Fundación Jiménez Díaz". Dichas estas palabras de agradecimiento, el presentador pretendía empezar a trabajar pero no fue posible ¿Por qué? Porque 'Sálvame' ha decidido traer hasta Telecinco una U.V.I. móvil por lo que pudiera pasar. Jorge Javier no lo entendía: "¡A mí me han dicho que no estoy enfermo, estoy un poquito roto ¡Y me han traído una ambulancia!".
Pero muy pronto Jorge supo cómo aprovechar los servicios de primeros auxilios. Todos sabemos que Lydia Lozano es muy aprensiva con todo lo referente a médicos, heridas, sangre y huesos rotos y Jorge Javier tenía un secreto guardado bajo el pañuelo que cubría el brazo. Lydia, escondiéndose tras el brazo del enfermero, intentaba no ver lo que Jorge Javier estaba descubriendo, cómo sobre la escayola que lleva en el brazo se ven una serie de hierros que los médicos le han puesto, "los niños me llaman Robocop, otros Terminator y un amigo me ha llamado 'Eduardo manos tijeras'", decía entre risas el presentador.
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