SE EMOCIONA CON LA CALUROSA DESPEDIDA DE SUS VECINOS
La co-presentadora ha abandonado su piso de San Blas para cambiarse a un casoplón de 300 metros cuadrados en Paracuellos del Jarama pero, entre la pena que le daba abandonar su barrio de toda la vida y la emoción que le ha causado que todos sus vecinos bajaran al portal a despedirla, Belén no ha podido evitar que se le cayeran las lágrimas. Al que le ha tocado la faena de cargar con los bártulos ha sido a su marido Fran y la tarea no ha sido fácil ya que entre chupachups gigantes, tupper-wares llenos de ropa interior e incluso una lata del ya extinguido programa 'Aquí hay tomate' se han contabilizado 39 cajas diferentes.
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