La supervivencia de este año está resultando muy complicada para los intrépidos concursantes. La falta de alimento les está haciendo debilitarse rápidamente y los problemas tanto físicos como psicológicos han comenzado a hacer estragos entre muchos de los aventureros.
Las últimas horas en Nicaragua está siendo realmente complicadas. Los problemas se han sucedido en la isla, provocando el bajón de muchos de los concursantes. La falta de comida, algo habitual desde el primer día de supervivencia, se ha acentuado, ocasionando una tremenda pérdida de fuezas entre los habitantes de la isla. La climatología tampoco está ayudando mucho, ya que las fuertes tormentas se han apoderado de la playa.
Mireia Canalda ha llegado al límite de sus fuerzas. La falta de comida ha terminado con su energía, dejándole muy tocada tanto física como psicológicamente. La concursante, que ha sufrido un ataque de ansiedad debido a su estado de ánimo y de salud, no ha podido dejar de llorar en las últimas horas. "Ahora mismo llevamos más de 24 horas sin poner nada en el estómago que no sea un ojo y ya es la tercera semana y no nos quedan muchas fuerzas. Supongo que el bajón que tengo viene provocado por este motivo, porque no me preocupa otra cosa ni tengo más problemas", decía entre lágrimas la concursante ante las cámaras del programa.
Pero Mireia no es la única que está mal. El resto de sus compañeros también están visiblemente desmejorados y temen que si no encuentran comida pronto podrían llegar a desfallecer. Los músculos están desapareciendo poco a poco, y la fuerza física, necesaria en muchas de las pruebas establecias por la organización del programa, está dejando paso a la flojera corporal.
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