Tras la unificación, en Cayos Perlas ya nada volverá a ser lo mismo. Gracias en buena parte a la pericia de Miguel Ángel como pescador y a los recursos de Mª José como cocinera, Buttonwood Cay ha pasado de ser el infierno a ser casi un paraíso de aguas cristalinas, arenas blancas y recursos inagotables. Los anónimos empiezan a darse cuenta que lo que falta aquí no es la pesca, sino la disposición para trabajar de algunos famosos.
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De primero, consomé de pescado con verduras; de segundo caldereta de morena y marisco; y de postre, papaya. Se acabó el vivir a base de coco, se acabó el pasar hambre. ¿Qué ha pasado en Buttonwood Cay para que la calidad de vida de los famosos haya cambiado de manera tan radical? Fácil, los ánonimos han llegado a la playa.
Miguel Ángel se ha revelado como una auténtica "máquina" para coger peces, y no pezqueñines como hasta ahora, con los rudimentarios aparejos de la isla. Él sólo pesca lo mismo que el resto de los compañeros y en Buttonwood Cay ya se le conoce como 'el rey del mar', entre otros piropos. Su talento rivaliza con la fama de Víctor, que no ha pescado nada a pesar de ser nada menos que el nº10 de Europa en esta disciplina, según revela Rafa. Por otra parte, la incansable María José se las apaña para improvisar deliciosos platos con cualquier cosa que caiga en sus manos, y además lo hace encantada: "prefiero hacer algo, que mi mente esté despejada, que no estar tumbada porque me agobio", comenta.
Descansando con el estómago repleto, Parri y Déborah no pueden evitar reirse recordando cómo lloraban de hambre los famosos antes de que llegaran. Aunque se hayan unficiado ambos grupos, los seis anónimos siguen considerándse una piña y dan lecciones de cómo se trabaja en equipo: "Yo estoy muy orgullosa de mi grupo, allá cada cual con sus historias, comenta Debi".
Poco esfuerzo entre los famosos
De primero, consomé de pescado con verduras; de segundo caldereta de morena y marisco; y de postre, papaya. Se acabó el vivir a base de coco, se acabó el pasar hambre. ¿Qué ha pasado en Buttonwood Cay para que la calidad de vida de los famosos haya cambiado de manera tan radical? Fácil, los ánonimos han llegado a la playa.
Miguel Ángel se ha revelado como una auténtica "máquina" para coger peces, y no pezqueñines como hasta ahora, con los rudimentarios aparejos de la isla. Él sólo pesca lo mismo que el resto de los compañeros y en Buttonwood Cay ya se le conoce como 'el rey del mar', entre otros piropos. Su talento rivaliza con la fama de Víctor, que no ha pescado nada a pesar de ser nada menos que el nº10 de Europa en esta disciplina, según revela Rafa. Por otra parte, la incansable María José se las apaña para improvisar deliciosos platos con cualquier cosa que caiga en sus manos, y además lo hace encantada: "prefiero hacer algo, que mi mente esté despejada, que no estar tumbada porque me agobio", comenta.
Descansando con el estómago repleto, Parri y Déborah no pueden evitar reirse recordando cómo lloraban de hambre los famosos antes de que llegaran. Aunque se hayan unficiado ambos grupos, los seis anónimos siguen considerándse una piña y dan lecciones de cómo se trabaja en equipo: "Yo estoy muy orgullosa de mi grupo, allá cada cual con sus historias, comenta Debi".
Poco esfuerzo entre los famosos
Qué duda cabe que los anónimos están tirando del grupo, pero alguno ya se está cansando de ver a ciertos compañeros sin hacer nada o "reservando fuerzas" como apunta Román. "Creo que aquí no colabrora todo el mundo por igual. Algunos tratan escaquearse o de guardar fuerzas. No es como nuestro gurpo, que colaborábamos todos parecido. Aquí hay gente que se quiere escaquear más que otras".
Pero los anónimos no son los únicos que acusan el 'escaqueo' de los compañeros en determinadas tareas. Quiñones también se ha quejado de que toda la gente se apunta a la pesca, y muy pocos son los que recogen leña. Asímismo, Mireia se ha dado cuenta de que "hay alguno que no hace nada, que sólo dan ordenes". y Rafa Mora, por su parte, opina que los que menos trabajan son los que mejor pueden aguantar en esta "marathon" y ha visto que "gente que no daba un palo al agua" trabajar solo para quedar bien con los nuevos compañeros.
Pero los anónimos no son los únicos que acusan el 'escaqueo' de los compañeros en determinadas tareas. Quiñones también se ha quejado de que toda la gente se apunta a la pesca, y muy pocos son los que recogen leña. Asímismo, Mireia se ha dado cuenta de que "hay alguno que no hace nada, que sólo dan ordenes". y Rafa Mora, por su parte, opina que los que menos trabajan son los que mejor pueden aguantar en esta "marathon" y ha visto que "gente que no daba un palo al agua" trabajar solo para quedar bien con los nuevos compañeros.
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