Por la noche, cuando todos duermen, Jorge y Silvia cierran filas en contra de sus rivales. El de la pierna encima se desahoga con su fiel compañera, confiándole su animadeversión hacia Pepe o su verdadero parecer sobre Maria José Galera.
Ya no se fian de nadie. En la cama, Jorge presiente que sus compañeros le han dado varias puñaladas por la espalda: "el dia que nos vayamos de aqui no nos ma a gustar nada lo que vamoa a ver", aventuraba el ex militar. De momento lo que más les duele a ambos es el puyazo de Pepe en la semifinal, cuando se eligió a Nico y Ainhoa por el polémico método de "una persona, un voto": "me siento mal por haber sido tan sumamente imbécil... no haber dicho no no estoy de acuerdo con eso". Silvia, más resignada le recuerda que "ya está todo el pescado vendido".
La compañera ideal
Ni en sus pronósticos más optimistas hubiera sospechado Jorge que le iba a ir tan bien este reencuentro. Pletórico por estar viviendo por primera vez una auténtica experiencia GH, lo cierto es que el abandono voluntario de Mª José sólo le ha reportado satisfacciones. "María José me ha demostrado que no ha cambiado en absoluto". Así se lo comentaba a Silvia, su nueva compañera, mientras escuchaban lo último de Bisbal emocionado y cogidos de la mano. ¿Saben cómo se le llama a eso? "Simbiosis".
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